El duelo.

El universo de los gastronómicos…universal como el lenguaje del amor…

Mis queridos lectores, amantes de la cocina, curiosos de la vida:
Ha pasado mucho tiempo desde mi última nota y debo confesar que he extrañado este hermoso ritual de sentarme frente al teclado y “tucutucutucutucu”…el teclado...mis dedos como locos tratando de captar lo que mi mente dicta. Y ha pasado mucho…no solo en estos últimos dos meses…Ha pasado mucho en el último año. Y si hay algo que tengo en claro es que me he puesto más reflexiva…supongo que es algo lógico que viene de la mano con mi edad biológica. Mi ausencia ha tenido que ver con diversos factores, (tengo una vida como todos), pero la principal causa fue y es un gran replanteo de mi profesión. Como ya saben, he hecho un gran salto este año….Mi local y el de Mati ya es una realidad!. El local propio no ha sido un sueño…sino más bien un proyecto que surgió de la necesidad de querer un cambio en nuestras vidas de gastronómicos. Y nuestras vidas han cambiado….

Mi ausencia, mis queridos lectores, tiene que ver con que la inspiración de mis notas en “mividaesunpastelillo” ha dado un giro de 180 grados. “mividaesunpastelillo” surgió hace tiempo como una necesidad de contar, de expresar lo que la mayoría no conoce acerca de esta ardua profesión. El “detrás de bambalinas” ha cambiado. Mi universo gastronómico ha cambiado. Todos estos meses me he sentado reiteradas veces frente a este teclado con ganas de contarles acerca de mi emprendimiento pero he sufrido una especie de bloqueo emocional. Y en esta noche de sábado…recién llegada del local luego de unas largas semanas de trabajo…me he dado cuenta que he sufrido un duelo. El duelo de dejar atrás todos estos años de locura gastronómica. Adrenalina, cansancio, ruido, gritos, calor, quemaduras, personajes, mala comida, comandas, drogas a mi alrededor, alcohol, sexo, amistades, largas charlas luego del servicio, risas, llantos, broncas, jarras locas, dolor de piernas, recetas compartidas, trabajo contra reloj, cortes, jornadas full day, aperturas, proveedores, dueños, ratas, cucarachas, utensilios nuevos!, jefes que van y que vienen….Tantas, taaantas anécdotas y vivencias en estos 10 años… y una nueva etapa ha empezado. Creo que, pese a mis lágrimas de nostalgia, me debo un "reconciliarme" con aquella parte “quejosa” y un tanto sufrida que me dio esta profesión….y darme cuenta que ese largo y elegido camino fue “necesario” para llegar al presente. Tal vez deba decir: adieu “ Vieja Petit” y bienvenue “Nueva Petit”. Y al margen de mi estado de emoción por tan grande cambio en mi interior de gastronómica….

En todos estos meses de "relativa calma" me he dado cuenta que el universo de los gastronómicos se rige por el amor. Esta profesión me ha regalado tantos buenos amigos que aman lo que hacen….Gente que vive en diferentes lugares, con diferentes culturas…cada uno de ellos con sus rutinas, con sus seres queridos, en su lugar físico, con sus mascotas, sus hijos, sus libros, su soledad, su ropa….su espíritu…y todos entrelazados por un mismo condimento: el amor…el amor a la cocina…y todos motivados por un mismo fin: producir, en nuestros comensales, sen-sa-cio-nes!. Nuestra mejor paga: el reconocimiento….Una sonrisa, una cara de deslumbramiento, un sonido de “que manjar”, una mirada de “como lo hacia mi abuela”. Nuestro extraño y querido universo. Petit ha cambiado pero este alocado y apasionante universo del paladar sigue intacto!. Creo que en este nuevo camino me esperan distintas aventuras….ni mejores, ni peores, “distintas”. Ya he empezado a caminar y saben que nunca me detengo…Será cuestión de despabilar bien los sentidos y disfrutar todo lo que se viene en esta nueva gran aventura!. La verdad es que estoy muerta de miedo…no por lo que se viene, sino por el nuevo ser que he despertado en mi….jejejeje….No se donde terminará este nuevo recorrido pero si sé que será recorrido con los principales condimentos que toda receta si o si debe llevar: pasión, amor y una pizca de espontaneidad!, P.