viernes, 29 de enero de 2010

¿Dónde estan los machos?

¿Qué pasa que no hay hombres en las cocinas???, ¿ehhhh????....Mmmm, no, no, esta pregunta da lugar a confusiones…voy a reformularla… A ver algo así: ¿A que se debe la falta de personal masculino en las cocinas?, ¿ehhhhhhhh?.
Si, es un hecho que venimos notando en el restaurante, yo diría, desde mitad de año hasta ahora. Todos los curriculums que fueron recibiendo mis jefes en estos meses son en un 90 % de mujeres. Otro factor que me hizo pensar en este tema es el hecho de que en la cocina casi el 50 % somos mujeres, (un porcentaje muy alto para lo normal de cualquier cocina; (((no diré cocina profesional “Piñon fijo”:)))). ¿Qué esta pasando?????. ¡Estoy acostumbrada a trabajar con mayoría de hombres!. ¿Dónde diablos están ????!!!!. Ya me fastidia tener tantas mujeres a mi alrededor!!!!, jejejejeje….(lejos de ofender al género femenino). Charle un poco con los hombres de la cocina y recolectando opiniones esboce dos teorías acerca de la falta de hombres.
-Teoría nº 1: "Los hombres gastronómicos están ocupados".
Es un hecho que el hombre es más útil en una cocina profesional, (lo tuve que decir, perdón, jeje). /Como ésta no es la nota de la guerra de los sexos y además estoy más del lado de los hombres que del de las mujeres….no voy a entrar en detalles del por que/. Entonces, partiendo del hecho de que los hombres son más útiles…en consecuencia son más demandados. Es una ecuación simple….hay 50 puestos de trabajo solicitando cocineros/as, se postulan 50 hombres y 50 mujeres….pongo mis manos en el fuego a que serán contratados 40 hombres y 10 mujeres útiles. Quedan bacantes 40 mujeres y 10 hombres; más mujeres que se seguirán postulando. Siguiendo este razonamiento también habría que pensar que hay más lugares gastronómicos que personal disponible por que ésto antes no pasaba.
-Teoría nº 2: "Las nuevas camadas de estudiantes gastronómicos son en su mayoría mujeres".
Y con esta teoría surge otra que da material para otra nota: "El boom de la carrera gastronómica ya pasó".
Volviendo, de todos los curriculums que llegan un 80 % es de gente recién recibida y de ése 80 % el 75% es de mujeres. ¿Porqué son mayoría las mujeres que estudian gastronomía?. Puede que sea porque piensan que es como cocinar en su casa......jejeje; puede que sea porque los hombres se avivaron primero, jajaja, o será que la camada de 20 años vino en su mayoría con platea femenina…jejeje……¿Las mujeres van al frente?????????????????????, mmmmmmmmmmmmmmmmm.... ¿Ganar terreno para perder otras cosas?, (material para la nota que tengo en mente hace rato acerca de las mujeres en la gastronomía).
Dejando de lado un poco las teorías, el hecho es que, dentro de una cocina, la normalidad es estar rodeados/as con mayoría de machos…..La normalidad es contar con su ayuda en los trabajos de fuerza, entretenerse con sus charlas de macho, verlos tomar de los picos de las botellas, sentir olor a chivo de macho, convivir con chaquetas sudorosas a la orden, barbas incipientes, páginas de revistas futboleras con minas en bolas en los pasillos de personal y participar de los entretenidísimos debates acerca de cuestiones sexuales. ¿Acaso tendré que acostumbrarme a escuchar hablar de dolores de piernas, dolores menstruales, ver caras maquilladas, búsqueda de reemplazos por embarazo, ver caras asqueadas por un calamar, por una carne chorreando sangre, charlas sobre dietas y celulitis, ver desfilar niñas que a los dos, tres días abandonan el barco????.
Me he dado cuenta que el hecho de la posible falta de compañeros hombres me esta afectando, (aun los hay pero no estamos en un porcentaje normal y tengo temor por lo que vendrá). Mis últimos días fueron de charlas frenéticas acerca de sexo, apuestas sexuales, encuestas sexuales, discusiones de guerra de los sexos, sexo, sexo y más sexo…. ¿Será mi manera de aferrarme a los chicos…hacerles autobombo???!!!!!!!! . De solo pensar en la idea de una cocina llena de mujeres….me deprimo!. Cuando estudié gastronomía nunca pensé a la carrera en función de la compañía que tendría una vez recibida, pero en todos estos años me he acostumbrado taaaaaanto a estar en compañía de este mal tan necesario que si algún día los hombres desaparecieran de las cocinas, creo que yo me iría junto con ellos. Por favor, hombres….¡reaparezcan, reproduzcanse, reformulense su huida del gremio…!. ¡Las cocinas sin ustedes no son cocinas…!, eso si, les pido un único favor, (noooo el que estan pensaaandooooo),….hay un solo tema del cual no soporto escucharlos hablar, así que por favor omitanlo: ésos lugares llamados “peloteros”, los de siempre, (no los que ahora están de moda)…cuando empiezan a hablar de los puterios me pongo de un humor péeeeeeeeeeeesimo, (si, es uno de los motivos…..soy mujer, que quieren…pero de las útiles en las cocinas!). ¡¡¡¡¡Hombres vuelvan a invadir las cocinas!!!!!, pero con boxers bien de macho, plisssssssssssssssssssssssssss....

martes, 26 de enero de 2010

Film "Sin Reservas"/Crítica gastronómica.


Origen: EE. UU.
Género: Comedia romántica con trasfondo dramático.
Director: Scott Hicks, (Claroscuro).
Actores: Cathering Zeta-Jones, (Kate), Aaron Eckhart, (Nick), Abigail Breslin, (Zoe), Patricia Clarkson, (Paula).
Duración: 105 min.
Año: 2007.

-Sinopsis.
Kate es una prestigiosa Chef de un exitoso restaurante en Manhattan. Su personalidad autoritaria, exigente y rígida le han dado muy buenos resultados en lo laboral no así en lo personal. kate vive sumergida en su trabajo y parece funcionar segura en su mundo estipulado. La única que parece marcarle un límite es Paula, la dueña del restaurante, quién ha obligado a Kate a hacer terapia intentando así mejorar su mal carácter. Kate es tan habilidosa para auto engañarse y para mantenerse a salvo que hasta en las sesiones parece cautivar a su psicólogo contándole acerca de sus próximas creaciones y cuan difícil es manejar una cocina profesional.
Zoe es una niña de 9 años y es la casi desconocida sobrina de kate; poco se han visto en todos estos años. Luego de un accidente automovilístico en el cual su madre fallece y ella sobrevive, Zoe deberá mudarse a la casa de Kate y aceptar estar bajo su cuidado.
Nick es un excéntrico, desinhibido, sociable y guapo Chef. Cuando Kate se desmorona ante la trágica perdida de su hermana y la aparición de Zoe en su vida, Nick es contratado por Paula para reemplazarla durante su ausencia.
Cuando Kate se reincorpora a "su" cocina la presencia de Nick la saca de todos sus esquemas. Los opuestos se sacan chispas y, ¿parecen atraerse?.
Tanto Nick como Zoe pondrán a Kate en jaque total. Sus lugares seguros se ven completamente invadidos y Kate deberá enfrentarse por completo a sus dificultades y temores. ¿Habrá lugar en la vida de kate para la entrega, los sentimientos y el amor?.

-Punto de vista gastronómico.
A mi gusto todo es demasiado bello, sin embargo, es de esperar teniendo en cuenta que el film es Estadounidense. La chef es bella, el personaje masculino es bello, la cocina es bella…Todo esta demasiado pulcro y perfecto, (la cocina impecable, los delantales impecables, chaquetas impecables, orden por demás). Si bien es un film y es de esperar que todo este más cuidado de lo normal... resulta demasiado alejado de la realidad. Los personajes principales no usan gorro en la cocina; los cocineros de fuegos si, (no entiendo esta decisión….sería algo así como: sabemos que deberían usar gorros pero los protagonistas se deben ver lindos). Maquillaje por doquier, claritos en los cabellos...todos muy fashion. Por sus casas, ropa y vehículos están muy bien pagos...son una de las afortunadas excepciones, lejos también de la realidad
La estructura de la cocina, si bien es de lujo, es creíble. El movimiento de comandas, salón y platos esta bien representado.
El hecho de que la protagonista se sumerja en la gastronomía y tape así su vida personal es bastante real…muchos gastronómicos padecen de adicción al trabajo escapándose así de su vida, otro tanto resulta absorbido por el trabajo. El hecho de que ella vaya a un psicólogo también es real….conozco muchos colegas que van a un psicólogo para tratar lo duro que resulta ésta profesión.
Nick en un momento dice algo así como que “los fierros y estructura de la cocina eran de la dueña pero sin el toque y el talento de la chef no eran más que eso: fierros”, me pareció acertado…también el hecho de que él halla elegido trabajar para la chef pero sin su aceptación no lo haría…Hay muchos gastronómicos que eligen con quien trabajar…..nos vamos eligiendo y buscando y la aceptación debe ser mutua. Kate en un momento debe entrevistar a posibles segundos de cocina y los personajes que se postulan son desastrosos…eso también es real….no es fácil conseguir gente potable en gastronomía. El hecho de que nazca el amor en la cocina también es real…conozco infinidad de parejas gastronómicas, circunstanciales o formales….Solo entre gastronómicos el entendimiento de la profesión es posible y además todo conduce al placer. El tema de la complicación horaria también es mostrada, (todo demasiado cuidado, como ya dije). El restaurante cierra los domingos, éso es muy irreal; ningún lugar gastronómico cierra un domingo. La cámara frigorífica es elegida como bunker de situaciones personales o discuciones...jejeje...es real....muchas cosas pasan dentro de las cámaras, (serían algo así como el cono del silencio). Cocineros siguen con sus miradas entre perplejas y risueñas las discusiones y agarradas entre jefes y dueños....éso es real...en el trajín del despacho somos testigos de situaciones insólitas. ¿Chef o Jefe/a de cocina???; yo soy partidaria de jefes o encargados, pero si chef suena más lindo la elección es válida para esta película. Entre los protagonistas juegan a acertijos gastronómicos....jajaja...éso es típico nuestro...también debaten si "escuela gastronómica o herencia de familia" y hablan acerca de sus experiencias y maestros...también algo típico nuestro. Buscando, encontré que este film está basado en una película alemana, “Deliciosa Martha”… así que, siguiendo mi convicción de que las versiones europeas suelen gustarme más…habrá que verla!. Si bien una cosa va de la mano de la otra, me quedo más con la historia personal que con la representación de la profesión. Bon film pour tous y, como no podía ser de otra manera, hay final feliz!.

miércoles, 20 de enero de 2010

Cocina VS. Salón.



A lo largo de estos años, circulando por distintos lugares gastronómicos, he llegado a una conclusión que con cada nuevo lugar se reafirma: nada tenemos que ver la gente de cocina con la gente de salón. ¿Qué nos une...?: el ámbito de trabajo. ¿Cuál es el conflicto...?: nuestras naturalezas. ¿Cómo es eso de las naturalezas?, se preguntarán… Hay una diferencia radical que hace que en su generalidad la gente de cocina no se lleve, en lo absoluto, con la gente de salón: la gente de cocina gusta de lo que hace, lo siente, lo sufre y de su gusto hizo una profesión que le permite obtener dinero; la gente de salón trabaja por dinero.

Para todos los del gremio, esta bien claro, que en todo ámbito gastronómico se pueden diferenciar muy claramente algo así como dos orillas, dos carreteras que nunca se harán una: cocina y salón. Son dos equipos de fútbol que deben convivir y lidiar día tras día. Ambos equipos juegan para el mismo club y deben coordinar como si fueran uno….sin embargo, si bien patean para el mismo lado, las camisetas son de bandos opuestos.

La cocina: la gente de cocina tiene un sueldo fijo, horas que cumplir y, más allá de las horas que cumplir, un trabajo que hacer con dignidad y a conciencia; lo ha elegido, adoptado. Gusta de lo que hace.
El salón: la gente de salón, tiene un sueldo base y después tiene algo así como "un matar o morir": “la maldita propina”, (si, es con resentimiento...Nosotros somos una parte de ésa propina...nunca la vemos y además nos trae dolores de cabeza: "que agregame un poco, que hacelo abundante...que decoralo con tal cosa...que la otra vez le pusiste no se que...", vaaaaa!, molestos!). Los camareros, mozos o como quieran llamarlos, son capaces de vender su alma, dignidad y espíritu con tal de obtener un mango más. Los camareros tienen grabado en la sangre “plata”, “plata” y "más plata”. Cuando la propina es compartida entre todos, (se estila poco este tipo de propina), son los más compañeros del mundo...Ahora, cuando la propina esta dividida por sectores y cada camarero recauda en su sector...hasta se garcan los platos que salen de la cocina, jejejeje.
Entonces, teniendo estos dos grupos con sus características bien distintas, es aquí donde comienza el juego perverso.
El juego perverso: el juego perverso tiene lugar porque "cocina" no depende en lo absoluto de "salón" y, muy por el contrario, "salón" depende en lo absoluto de "cocina". Si bien todos dependemos de que el trabajo y el servicio salga bien para que así el lugar funcione y a fin de mes todos nos llevemos nuestro billete, los camareros sin "los platos" no son nada. Que un plato se retrase o salga en malas condiciones les juega muy en contra a la gente de salón con respecto a la propina. La atención es el puntito final que inclina la balanza de la propina hacia un lado o hacia el otro pero la comida es la base de la propina. A nosotros, digamos, que nos importa bastante poco si los camareros levantan buena o mala propina. Las agarradas, transas y dichos entre ambos equipos son fieras...He visto infinidad de situaciones desde risueñas hasta agresivas. Todo, absolutamente toooodo vale entre cocina y salón, (lo que puedan llegar a imaginar y más también).

¿Cómo ve la gente de cocina a la gente de salón?: mal....es muuuy mal vista. Los vemos como gente de paso que no gusta de lo que hace y que mata por un chelin; la vemos como gente sin códigos...Nos ponen de mal humor con sus equivocaciones de comandas, con sus pedidos “especiales”, con sus preguntas estúpidas, con sus pedidos fuera de horario y con sus “favores”. Nosotros tenemos que estar arreglando las cagadas de la gente de salón, si así es. ¿Que obtenemos a cambio????....nada!. ¿Si queremos a alguien del salón?, mmmm, a veces…. Podemos llegar a tener algún tipo de simpatía por aquellos mozos de oficio que la tienen muy clara, que son rápidos y sin errores, facilitando así nuestro trabajo; son aquellos mismos que tienen código y cuando piden algún favor nos tiran una moneda, una gaseosa o un cigarro.
¿Cómo nos ven ellos?...mmmm nunca me ha interesado preguntarles, pero por sus caras, intuyo que nos ven mitad mediocres mitad superados.
¿Quién coordina todo este embrollo?: el encargado; el pobre individuo debe lidiar con los mil y un problemas y, además, tratar de que ambos bandos no se maten y trabajen en armonía. Muchos encargados implementan un porcentaje de propina para la cocina. Ésta táctica, luego de las quejas de la gente de salón, suele mejorar el vínculo y hace que todos nos quejemos menos y esforcemos más. De todos modos, es sabido que los camareros siempre nos estarán garcando y ocultando la verdad de la milanesa.
Comentario a parte: en todos estos años me he dado cuenta que a los camareros/as los invade la codicia. He visto gente que de la bacha o de la cafetería fueron a parar al salón...Les han dado la oportunidad de enseñarles un oficio y, cuando empiezan a desempeñarse y a sacar un buen billete, se vuelven avaros y tacaños. Quieren más, más y más...se olvidan de donde vinieron y seguramente ni saben hacia donde van. Los camareros que la tienen muy clara abrochan a la gente de cocina, a sus propios compañeros y a los dueños en primer lugar ...además de camareros son magos, jejejeje.

A mi entender, no hay mucho que hacer al respecto…Somos dos razas apartes, distintas, imposibles de juntar, agua y aceite…tenemos motivaciones e intereses distintos.
Creo que la guerra cocina/ salón, salón/cocina es un clásico que no puede faltar en ningún lugar gastronómico. Es una batalla que ya es parte de nuestra rutina…es la pica que le agrega sal y pimienta a cada nuevo día gastronómico. Ellos no nos soportan y nosotros tampoco a ellos, jejeje. "Camareros/as"...al mejor estilo D´Elia: "Los ooooooodiooooooooooo", jejejejejejeje.

martes, 12 de enero de 2010

Los "pollos" de las cocinas.

Esos seres sin una edad en particular.
Tienen hambre de aprender, alegría e inocencia gastronómica.
Son obedientes y compañeros.
Fieles a sus maestros.
Están ahí día a día dándonos ánimo y sentido…hasta que crecen y un día, con la necesidad de seguir aprendiendo, parten.
Son los "pollos" de las cocinas, esas personas que un día aparecen en nuestro ámbito de trabajo…No sabemos ni sus nombres, ni cuanto de sí podrán dar. En principio no son nadie en particular….Un pollo se va perfilando con el pasar de los días. Creo que es una elección mutua la del maestro y el pollo. Los pollos, generalmente, son callados al principio, (tienen algo de timidez, estudian el terreno, observan). De a poco se van integrando, van conociendo los utensilios, el orden de las heladeras, el movimiento de la mercadería, los tiempos de un despacho, la interacción con los camareros, la locura de los jefes, cuando preguntar y cuando no…Hasta que un día eligen, (otras veces es por casualidad), a alguien de la cocina y comienzan a acercarse. Preguntan, observan, preguntan…y así comienza a formarse un vínculo único. Para un “maestro” tener un pollo es aire nuevo. Son esas personas que sabemos nos van a estar esperando para que le ofrezcamos nuestra guía, nuestro conocimiento y toda nuestra experiencia en el rubro. Los pollos vienen con sed de aprendizaje y actitud positiva de trabajo. Un maestro debe enseñarle a su pollo mucho más que técnica y conocimiento…debe enseñarle secretos, vivencias y debe darle buenos consejos. Los maestros deben estar ahí, conteniendo y ayudando a su pollo…Un maestro debe conocer a su pollo lo necesario, sin llegar a inmiscuirse demasiado en su vida, como para saber cuando esta bien y cuando esta mal…cuando presionarlo y cuando no. Hay que saberlos llevar...tratarlos bien; mimarlos cuando lo necesitan y darles con la espátula en el tujes cuando sabemos lo pueden soportar. Con el tiempo el entendimiento es mutuo y la fidelidad es absoluta. Un maestro y su pollo…el pollo y su maestro… Con una mirada se entienden; es un gran equipo de a dos. En los momentos más duros uno le da fuerzas al otro para seguir y, en el día a día, una cuota de humor no puede faltar. Se forma algo así como una rueda gigante de hamster en la cual el pollo y el maestro están dentro…a veces uno está a la cabeza, otras está el otro…pero siempre los dos haciendo fuerza hacia delante. Hay momentos en que los pollos deben partir. Generalmente los pollos avisan con tiempo la posibilidad de irse…de todas formas el maestro va percibiendo e intuyendo ése momento. Los pollos crecen y necesitan de nuevos desafíos y nuevos maestros. Un pollo no tiene límites... es lógico que parta. Para un maestro es duro, es triste, es un graaaan vacío que solo con el pasar de los días va disminuyendo. La tristeza y nostalgia luego se van transformando en preciados recuerdos. Para los pollos también es triste la separación...los invade la duda, el miedo y la incertidumbre... Un maestro siempre debe, por mucho que le pese, detener la rueda de hamster y dejar que su pollo salga para ir a correr a otra rueda. Cuando un pollo y un maestro ya no están juntos, se vuelven a busca… Siempre un maestro quiere saber de los pasos de su pollo y un pollo siempre quiere contar a su maestro sus nuevos logros. Es un punto de referencia que ambos buscan y necesitan, es una necesidad de saber del otro y es un decir, sin decirlo, ¡gracias!.
Gracias a todos los pollos de las cocinas… los que ya pasaron y los que vendrán…gracias por sus ganas de aprender, por su alegría y fidelidad, por su agradecimiento y entrañable compañía.

sábado, 9 de enero de 2010

Bacheros...Sector clave y raza aparte.

Ayer y hoy venía pensando sobre que escribir… Hoy se hizo la luz: observando al equipo bachístico actual, (indescriptibles tooodos ), me convencí de que debía hablar sobre ellos: los bacheros de las cocinas y cuan clave es el sector, (algo que la mayoría ni sabe).


La bacha en una cocina.
Una cocina sin un buen equipo de bacha y sin una buena bacha, funcionalmente hablando, está al horno. Todos, absolutamente todos los integrantes tanto de la cocina como del salón, (jefes, segundos, cocineros, parrilleros, ayudantes, pasteleros, pizzeros, camareros, commises, encargados…), dependemos del funcionamiento de la bacha. El restaurante o el evento o lo que fuere depende por completo de la bacha. Todos depositamos allí cosas sucias que necesitamos sí o sí para seguir trabajando, es una rueda…Si el bachero se amotina, falta, le cayó mal la comida, se cortó, vino de mal humor o con resaca… estamos en reales problemas!.
Solo hace falta pasar un día por la bacha para saber cuan arduo es ése trabajo. Un buen ejercicio, a mi criterio, para colaborar con el sector , valorarlo y así mejorar el vínculo, es que la gente de cocina, cada tanto, asista en la bacha. Un juego de roles viene muy bien para motivar a los bacheros y para que nosotros no ensuciemos tan al dope. Es típico de la bacha, que en el momento más complicado de un despacho, se arme gran montaña gran de platos, sartenes, cubiertos, vasos, lo que llamamos en la jerga “alto perro”. Si bien cualquiera puede hacer el trabajo de un bachero, no cualquiera puede manejar una bacha y salir airoso en el intento.
Hay que ser veloz, inteligente, mulo y pretender poca recompensa a cambio...difícil, no?, jejeje….Ete aquí el principal problema de las bachas, (según lo que yo vengo observando en estos años).
¿Quién querría hacer ése trabajo y encima con un sueldo mmmm,ahí...???: lavar platos sucios, vasos, sartenes llenas de grasa o caramelo, ollas pegadas, pinzas, cubiertos, platinas, placas quemadas, bowls, copas, copitas, tachos de basura, pisos, paredes, escaleras y un sin fin de elementos más…??. ¿Porque “la bacha” es el sueldo más bajo en todas las cocinas???. ¿Acaso los basureros no tienen buenos sueldos?. No soy empresaria pero creo que a los bacheros se los debería cuidar un poco más…He visto como algunos dueños, (en su afán de ahorrar pero queriendo quedar bien y pretendiendo no ser abandonados por los bacheros en el peor momento), para motivarlos, les traen una gaseosa, o les prometen un postre gratarola o una porción de pizza o les dan un extra para los viáticos. Otro punto que intenta sostener a la bacha es el hecho de que en la mayoría de los lugares la gente de salón les pasa una propina. A la gente de cocina mucho no nos queda hacer más que integrarlos a full, darles el plato de comida de personal con premio y asistirlos si es necesario. Los bacheros son quienes nos proveen todos nuestros utensilios, son quienes nos alcanzan algo en el peor momento, quienes nos ayudan con la recepción de la mercadería, quienes nos van a comprar algo al quiosco cuando lo necesitamos, quienes, en algunos casos, nos dan una mano cuando no llegamos con la producción; ellos son quienes nos asisten con la limpieza integra de todo nuestro espacio de trabajo.

Los bacheros.
Es casi indefinible el perfil del bachero…..trato y trato….lo vengo pensando pero no encuentro demasiados patrones en común para definirlos…mmmm haber…..: que todos tarde o temprano se van: es casi un hecho que están de paso!. Mmmm… que en su mayoría son hombres. La mayoría escucha cumbia!, jeje…(la eterna lucha de la música en la cocina, otro día hablaré acerca de éste tema), usan gorrita visera y la mayoría llega tarde. Son muy diversos en edad, personalidad y estilo…raza aparte, difícil, y a la vez necesaria de llevar.
Los que van muy bien en el sector generalmente o son cambiados de sector o se terminan llendo, jejeje…(es muy difícil encontrar un equipo estable en la bacha).
La mayoría de los bacheros, (desmientanlo sino compañeros gastronómicos), se copetean en horario laboral, (más si es evento), o vienen fumados. Los que no beben seguro comen todo lo que vuelve. La mayoría se hace amigo/a de los proveedores y les encanta salir a comprar algo de apuro y darse una vueltita por el barrio. Generalmente van mucho al baño y tardan muuuucho también…suelen faltar y muchos son los que fueron encontrados dormidos en algún rincón.
Desdes “Titareli”, “Juani”, “El Uru”, “Georgy”, “Osqui alias “Manguera””, “Totto”, hasta un sin fin de personajes más he visto pasar por las bachas. Aún no logro encontrar la pieza que complete el rompecabezas del perfil de los bacheros y la bacha. Son una mezcla de cosas raras y una conjunción de situaciones extrañas. Pero ahí están y son más que necesarios…”Los bacheros”, raza aparte que debe ser parte.

Los dejo con una foto de "Titareli", el bachero estudiante de Diseño gráfico que hacía dibujos explicativos ge nia les sobre la circulación y el funcionamiento de la bacha...al tiempo, obviamente, lo pasaron a salón. En ésta foto, con su camisa de camarero, se puso un cartoncito blanco y jugaba, mientras apoyaba al bachero de turno, a ser cura, jejeje....¡Pobre bachero!!!!, encima tenía la ropa hecha arapos...jejeje......¡pobre y violado!!!!, jejeje...imagen para el recuerdo!.

sábado, 2 de enero de 2010

Pastelina Vengalina/El catering.










A la semana de entrar al Catering ya pudo vislumbrar su cometido, sin embargo, debía esperar un tiempo prudencial para no cometer un acto apresurado. Vengalina, siempre tenía en su interior esta duda existencial del “deber y el querer”; ¿hacer justicia? o ¿disfrutar de su vocación, empaparse de nuevos conocimientos y situaciones?. En sus misiones, Vengalina muchas veces hubiese querido quedarse mucho más tiempo del necesario pero, si lo hacía, menos de sus sufridos compañeros gastronómicos se verían beneficiados por su "dulce" justicia.
Vengalina logró entrar a aquel Catering luego de dos años de intensos seguimientos y cautelosas investigaciones. Fue a parar al área de pastelería en el primer piso, desde donde se podía observar la planta baja: el sector de sus compañeros "cocineros". El catering le resultó interesante a nivel infraestructura y volúmenes pero rápidamente se dio cuenta que a cuanto mayor volumen, menor calidad humana. Su “jefa” no solo era garca sino que también era terriblemente descortés, infantil y estaba llena de comentarios desagradables. Pasaba las horas en su "office" vidriada, cuasi pecera, divagando en su computadora color rosada. Con su lapicera, también rosada, urgueteaba dentro de sus orejas y cada tanto señalaba a alguno de sus compañeros y se reía de manera desagradable. "Una actitud bastante equivocada para estar a la cabeza de un grupo", pensaba Pastelina. Sus compañeros, no eran un equipo de trabajo; solo eran individualidades sumidas en su perímetro de trabajo…El clima era áspero y tenso. No se percibía un verdadero clima “Gastronómico”; los pasteleros de allí parecían desalmados…les faltaba ánimo, pasión y vocación, (para Pastelina, "Un insulto al oficio de la cocina"). Su corta estadía allí ya parecían meses y hasta años. Pastelina no se sentía cómoda en aquel lugar y no era la única, (podía percibir ése sentimiento en otras miradas). El enorme techo de tinglado de la planta de producción por momentos se desdibujaba y parecía venírsele encima leeeeeeentamente. El incipiente calor de la época del año parecía sofocarla y muchas fueron las veces que Pastelina debió escapar al baño para estar a solas y sentir un poco de aire. Una vez segura de su cometido, Vengalina optó por el plan intermedio: el plan “Sweet”. Hablaría con su jefa y trataría de hacerle la “psicológica” hasta doblegar su equívoca actitud pero "la perra rosada" se mostró reacia y grosera ante el plan “dulce” de nuestra heroína. Vengalina no estaba dispuesta a perder más tiempo. No la estaba pasando nada bien; iría directo al confite...
Luego de soñar a su jefa ocho noches seguidas, Vengalina decidió que el 8 de ése mes aplicaría el plan “Pastel Vengalín”. Solo faltaban 8 días y todo acabaría. Haría honor a todos sus tiernos y hermosos recuerdos de precoz pastelerita. A la mañana siguiente un inesperado e imprevisto suceso ocurrió: al llegar a su trabajo Vengalina, azorada, pudo contemplar, junto con sus compañeros, como la planta del catering se había incendiado en su ¾ partes. Su misión… su misión se había complicado.
La empresa tuvo que implementar un plan de emergencia. Todos debieron concurrir a otro centro de elaboración. Vengalina debió viajar 4 hs. por día sumadas a sus 10 hs. de intenso y agotador trabajo; tomar dos medios de transporte y caminar 18 cuadras de ida y 18 de vuelta. Vengalina, temió flaquear…pero su conciencia le decía que no podía abandonar a sus compañeros pasteleros en ése duro momento. Su misión parecía perder forma. En su provisorio espacio de trabajo tenía un gran y atractivo espectáculo que desviaba su atención: por las ventanas de la antigua cocina, a través de los mosquiteros, se podía observar un aeródromo. Pastelina prolongó aquellos largos días con la fantasía de que algún día pudiera subirse a una máquina voladora y ver todo desde las alturas. Los días pasaron…
Todos podrían volver a la planta de elaboración, pero solo al sector de pastelería, el menos afectado por las llamas. Los cocineros trabajarían allí de día y los pasteleros lo harían de noche. Su nuevo horario sería de 18 hs. a 6 de la mañana, (más horas por la época crítica del año y además para salir a la calle con los primeros rayos de luz). Vengalina , junto con sus compañeros, comenzó a adentrarse en una pesadilla aún más terrible. Las noches no eran noches y los días no eran días. Su cuerpo iba en contra de la naturaleza. En las madrugadas, se escuchaban los aullidos de los perros hambrientos... Vengalina miraba hacia el techo, paredes, su espalda....de nuevo su espalda y seguía con sus batidos, con sus masas, sus tarteletas, tortas y postres... No lograba borrar de su cabeza la imagen de la planta baja en donde todo se hundía en tinieblas y cenizas...la oscuridad le daba escalofríos... El olor a hollín aun era intenso y molesto.Ya no disfrutaba de su trabajo y cada vez soportaba menos la actitud pedante y soberbia de su jefa quién la seguía observando indiferente desde la “pecera”. Por las mañanas, Vengalina llegaba a su lecho, cerraba persianas, vidrios y se desplomaba en su cama, pero no lograba conciliar el sueño. Vengalina temía por su resistencia física y mental; su piel tenía mal color.
Una noche de largo trabajo, Vengalina puso claras en la batidora y volcó el almíbar en forma de hilo. Mientras lo volcaba ya se había dado cuenta que algo había salido mal. Intentó hacer el merengue 7 veces más y ninguna resultó. “8 actos fallidos”, pensó Vengalina. “Esto me ha superando”, se dijo. Miró a su alrededor, se sacó los suecos de cuero "imitación reptil" color verde y los dejo a un costado. Se puso en la cabeza un colador chino que tenía a mano, tomó un batidor de mano y descalza se trepo a una de las mesadas de acero. Pastelina, con cabeza enfundada en acero , comenzó a dar batidorazos hacia adelante y hacia atrás, hacia adelante y hacia atrás...embestía al aire de una maneja ágil y veloz. Ninguno de sus compañeros la percibió. Todos siguieron indiferentes mirando hacia abajo.
Ésa madrugada la jornada de trabajo termino y Vengalina se fue caminando por la desolada calle sabiendo tres cosas: que su vida apestaba, que amaba a sus suecos verdes "imitación reptil" y que la noche siguiente le daría a su jefa un “pastel aleccionador”.