lunes, 28 de diciembre de 2009

Estar en la merde.

En medio de las fiestas... ésto pasa en un local gastronómico.

No sé como contar esta nota de manera risueña y además no caer en una río de merde. Será una nota subjetiva completamente; me invaden todas las sensaciones. Tal es mi revolución que vengo conteniéndome para no hacer esta sección, pero hoy he decidido inaugurarla: "Un maldito día de furia", (la sangre tana me invade; sensibleros háganse a un lado que salpico bosta hacia todos los ángulos; quienes me conocen se reirán con mi carácter cabrón).

Mi humor y ánimo son una fucking montaña rusa....estoy pasando días de mucho desequilibrio. La crónica de una hecatombe casi anunciada, (tuvimos algunos imprevistos), es así; paso a contarles:
Estamos en lo último del mes crítico para nuestra profesión…El desborde de trabajo durante diciembre fue mas o menos lo que esperábamos. Yo cautelosa, ya en setiembre, fui planificando una estrategia de stock como para estar un mes adelantados. Por noviembre tuvimos imprevistos y ése mes planificado de margen se convirtió en una quincena; igual sirvió de mucho. Como parece que con los imprevistos de noviembre no alcanzó….durante diciembre ocurrieron otros y una vez más se cumple la regla de que cuando uno piensa que lo peor ya pasó siempre se puede estar un poco... más peor!.

//En estos días, cuando lo creativo y divertido de nuestro trabajo se pierde no sé donde, mi buen humor, mi paciencia, mi buena onda se van por la cloaca. Me invade la ira, la locura y el querer mandar todo al coño. Malditos dueños, malditos encargados, malditos jefes, maldito mundo, maldita yo que no puedo mirar hacia otro lado y que todo me chupe. Digo: es un trabajo pero también es lo que me gusta. ¿Se puede e s t a r en una situación y hacerse el sota???. ¿Somos un equipo de trabajo o que mierda?!!!… Mi jefe, for example, tiene la postura de la vereda de enfrente…Él si puede hacerse el sota…pero, como yo vengo sosteniendo desde un primer día, la diferencia entre él y yo es que a él no le gusta lo que hace. //

(Vuelvo con el relato). Después de un mes de batalla…todo reservadísimo, 400 cubiertos promedio por día a razón de 2800 semanales, 11.200 en lo que va del mes…ya todos muuuy cansados, con jornadas impensadas para el común de la gente, con nuestras vidas casi canceladas…mi contra turno se fue. Mi sector quedo con una persona que soy yo, moi…con mi alma…solo moi con mi cuerpito y mi espíritu. ¿En la cabeza de quién entra poder sostener semejantes volúmenes con una persona???. A veces pienso que ésto es una fucking pesadilla. Además falta gente en otros sectores. Dueños, encargado, segundo jefe de cocina: todos preocupados. Jefe de cocina: falta, si, "falta"...Su postura, como cabeza de un grupo de cocina de casi 20 personas, es quedarse en su casa rascándose la panza. Bien por él.
Un local de la puta madre, una inversión importantísima, una cocina con muy buena infraestructura para tener un grupo de trabajo que pende de un hilo???. ¿Qué esperan?, ¿que me salte la térmica a mi o a otro... que la gente que si tiene ganas de trabajar y llevar adelante un buen proyecto nos cansemos de remar contra la corriente???, ¿que nos enfermemos????, ¿que decidamos ofrecer nuestro trabajo a otra empresa?. Por favor, ¡dejémonos de joder gente!!!!. No consiguen gente para cubrir los puestos….bueno, ¡invéntenla!; hagan lo imposible por conseguirla...pongan su energía y autoridad en las cosas necesarias...prio ri da des, porque así como dice la Legrand: Así no!, Así no, Así noooooooooooooooooooooooo!. Yo, junto con el encargado, estuvimos publicando y buscando gente que quiera trabajar. Yo, que estoy hundida en un mar de mierda de trabajo.... ¿Para que catzo tengo un jefe?. ¡De ci sio nes gente!. Puestos inoperantes que terminamos pagando nosotros. A los que si tienen que somos com pe ten tes los van a terminar perdiendo...
Hoy cayó un paracaidista gastronómico para mi sector....el miércoles otra.....digo: así no se trabaja gente....Preparar a alguien estando hundidos literalmente en la mierda...esto es hacer las cosas mal!.
Obviamente que este desastre no se conforma de un día para el otro….esto es el resultado de todo un año de mal manejo de situaciones. Esto es ne gli gen cia. Dejen de cagarse en la gente…y lo saben, saben que sin un buen equipo de trabajo no son nada. Imploran por que aguantemos...no se olviden que somos seres humanos, que tenemos una vida, una salud física y mental y que podemos tener la camiseta del trabajo y de la responsabilidad pero que este no es nuestro local.

Creo que cuando el barco se hunde si no se toma al toro por las astas, arriba del barco solo quedará la mierda. ¿Accionennnnnnnnnnnnnnn…reaccionen…vean más allá de la bosta que no hay que ser demasiado visionario!. Ojalá algunos dueños gastronómicos leyeran esta nota porque la mayoría de mis decisiones de cambio de trabajo fueron por tener dueños con falta de visión. Padecer un trabajo, ¿con qué necesidad?. Con el tiempo pase por mis antiguos lugares de trabajo y habían cerrado o cambiado de firma. ¿Hasta donde llegará el lodo?, no lo sé...pero a mi me está salpicando bastante y no me gusta ni mierda!.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Trabajar en las fiestas/Cuando estuve por el sur.

En nueve años de trabajo dentro de las cocinas profesionales, afortunadamente, solo dos veces me toco trabajar en las fiestas.
Una fue un fracaso total, jeje…así que hoy no voy a ahondar en ésa historia, (hoy vamos con la historia linda).
La otra fue inolvidable y melancólica también.

La desición.
Un año me saltó la térmica y, con la necesidad de un cambio a mi insostenible rutina, encuentro un aviso en el cual solicitaban “Pastelera” para hacer temporada en un pueblo lejano del sur de nuestro país. La incorporación era inmediata y el trabajo era por seis meses. Averiguo sobre el hotel, el pueblo, me contacto con mi escuela de gastronomía, (el aviso había sido publicado por medio de), y chequeo el tema. Iba a estar rodeada de glaciares, montañas, caminos, lagos…no señal de celular, no asfalto, solo 350 habitantes estables. La presión de la cuidad y su locura me tenían mal y me decidí. En quince días estaba viajando hacia aquel inhóspito lugar. Trabajé en Bs. As. hasta un sábado 25 de noviembre de un año cualquiera y un domingo 26 de noviembre ya estaba en aquel lugar. El lunes comenzaba a trabajar.

La adaptración.
Luego de unas 3 horas en avión y casi cinco en micro llegué finalmente a destino.
Camino al pueblo, lo primero que me llamo la atención, mientras nos seguíamos y seguíamos adentrando con el micro, fue la luz solar que había a las 10 de la noche. Todavía no me había dado cuenta cuan fuerte iba a ser el cambio de la naturaleza en todos sus aspectos…y yo que pensaba que lo más fuerte iba a ser el aislamiento de la tecnología!; demasiada cuidad encima. El gran viento seco fue uno de los factores climáticos que más me sorprendió. Durante el primer mes mis manos estuvieron ajadas por completo, sangraban. El pelo pajiento…pero nada de eso importaba… La experiencia sobrepasaba todo.
El hotel donde iba a trabajar: impactante. Arriba de una mini colina, se lo veía desde cualquier punto del pueblo. Hotel de montaña, techo rojo con caída, (en invierno la nieve tapa todo hasta dejar aislado al pueblo), paredes de piedras, mucha madera, interiores cálidos y rústicos.
Así comencé. El primer mes fue muy duro. Había que adaptarse a una vida casi nueva en todos sus aspectos.
Llegaron las fiestas.
Las fiestas en el sur.
El hotel completo, (sus 84 huéspedes esperaban por su noche navideña y de fin de año…había que deslumbrarlos…todos extranjeros).
Para cada una de las fiestas el jefe de cocina diseño un menú especial.
La mercadería la empezamos a recepcionar unos quince días antes.
Mesa buffet repleta de opciones frías, luego un principal y como broche "lo dulce".
Ahí me meto. Lo dulce no fue un postre, era una "mesa dulce".
Una semana de elaboración previa…15 minutos de armado…media hora para que los comensales arrasarán con todos los manjares ofrecidos. Desde pan dulce, turrones y confites importados de lo que se les ocurra, tablas con frutas de todo tipo, petit gateau de distintas variedades, budines varios, chocolates artesanales variadísimos hechos por nosotros, mini bocados dulces, frutos secos, pasas de uva, higos, semifredos, cuencos con salsas…. Cuando terminamos de presentar la mesa dulce, ya eran las 24 hs. Mi jefe descorchando junto con mis compañeros…Los camareros ya habían preparado las copas de champagne y todos comenzamos a brindar. Era gente casi extraña para mí hasta ese momento. Comimos cosas dulces que habían quedado, del armado, por todas las mesadas. No se escuchaba nada, ni fuegos artificiales, ni sirena, ni autos…paz absoluta. Pensé en mis seres queridos que estaban a 3100 km. Fue un fin de año inolvidable.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Popurrí.

Para despejarme un poco de los días actuales del trabajo voy a recurrir a mi memoria y les voy a contar un par de anécdotas gastronómicas.


Una vuelta estaba trabajando en un restaurante y los dueños se manejaban con la modalidad “pasantes”. Ya habían pasado unos cuantos cuando cae un pasante "made in México". El tipo venía de familia de plata y los padres le habían dicho que si terminaba una carrera le bancaban un viaje alrededor del mundo. El susodicho, en su afán de terminar lo que fuera, había estudiado en México algo así como "Administración de restaurantes". Asunto que la carrera le exigía cierta cantidad de horas realizadas en pasantías dentro del ámbito gastronómico. Su facultad tenía un convenio con una de Argentina y él optó por venir a nuestro país a realizar la pasantía, (va-a-a-a....quería conocer nuestro país) . Así fue como "México" vino a parar a nuestro restaurante....El tema es que solo tenía 15 días para estar en la Argentina y chiquicientas horas para cubrir como pasante.... no había manera de que pudiera llegar con las horas requeridas; de todas formas el mexicano vivía literalmente en el restaurante. Estaba muy limado el mexicanote…En su estadía pasó por todos los sectores. Cuando se iba del rest., (muy entrada la noche), como su hospedaje quedaba a una hora y media en colectivo y al rato debía volver, a veces se iba a la plaza del barrio, otras se iba a un boliche…A la semana, obviamente empezó a llegar tarde y durante su jornada hacía lo que podía. Compañeros mios lo vieron durmiendo 8/9 de la mañana en un banco de la plaza. Muchas veces lo encontramos dormido en una escalera interna que daba a la cocina, en el descanso, todo hecho un bollo el pobre....pleno despacho y el mexicanote ni enterado, en otro mundo. Estaba muy loco el mexicano y muy fumado también….Un día estaba en su función de “comis”, (algo así como un ayudante de mozo), y entra agitadísimo pidiendo algo. Nadie le entendía lo que decía….. “Un oscar valiente”, decía…..”Un oscar valiente”, repetía más fuerte y nervioso. Todos, en su ya desesperación por ser entendido, tratábamos de interpretarlo pero no se nos ocurría que quería decir…..Hasta que viene la moza a la cual asistía y nos dice, “Pasenme escarbadientes”…El mexicanote dice: “Éso, éso…..éso me pidieron!”……Claro “Oscar valiente = escarbadientes!!!!”….Que limadura dios miooo!!!!.

En otro restaurante un día cae el ya nombrado “Metal o Metalico”. Otro limado. El tipo cerca de los 40 años…..rockero total, pelilargo, bajito, hiper flaco. A veces trabajaba de pintor/ albañil y otras de ayudante de cocina. Lo más gracioso de él era su “código” para marcar su paso. En cocina cuando uno va por detrás de alguien se dice “Voy atrás”, cuando uno va por abajo se dice “Voy abajo” y así con cada movimiento para ir avisando nuestros movimientos y evitar accidentes….El tipo no utilizaba estos códigos, el tipo tocaba bocina. Si!, literalmente tocaba bocina…..Iba por detrás tuyo y se escuchaba: “Pip pip, pippp”…Iba por delante “Pip pip pippppppp”….Plena hecatombe en la cocina y el tipo con su bocina incorporada!, jejejeje. Muy graciosa su limadura….

Esta otra anécdota me pasó pero desde el otro lado…..Yo estaba sentada en una mesa de un bar con un amigo gastronómico. Escuchamos a la moza en otra mesa diciéndole al cliente el menú del día. Los dos paramos la oreja, (típico de gastronómico que quiere desenchufarse pero su genio es más fuerte). El principal ni me acuerdo que dijo pero la anécdota viene con el postre, (justo para mi). La chica le dice: “De postre hay profiteroles con helado”; el cliente pregunta: “¿Y que son profiteroles?”. Nosotros paramos la oreja aún más y con mirada cómplice esperamos la respuesta. La chica explica al cliente: “Es una masa liviana…..”. Yo veo que el cliente la mira con necesidad de una explicación un poco más amplia. La chica redunda: “Una masa liviana…muy liviana….con helado”. Jejejejej…nosotros nos reímos. (Profiterol: una masa, /"Pasta choux"/, de doble cocción. La primera al fuego, la segunda en el horno….Queda ahuecada por acción de la alta proporción de huevo en la preparación, el calor del horno y el vapor de los líquidos de la masa; se infla la masa digamos.) No estuvo mal la explicación de la chica pero nuestro genio fue más fuerte y cruel, jejeje.

Mejor ni contarles estos días de trabajo….los dejo con estas anécdotas y espero poder escribirles más seguido. Extraño mucho este espacio, besos y cariños a todos, P.

martes, 15 de diciembre de 2009

La nota rosa.










En una cocina a veces suceden cosas extrañas…otras inesperadas, otras inimaginables. Hace unos días sucedió algo divertidamente diferente.
Estábamos en el día de cambio de carta, el día “D”. Corridas, emoción, presión, nervios, barullo, excitación…clima agitado por demás!. Solo faltaba una hora para salir con el despacho de la noche. En mi sector teníamos casi todo, solo faltaba una espuma de frutilla que iba cargada en un sifón, (sifón= es un sifón que se carga con una preparación X, en este caso era crema con pulpa de frutillas. El sifón en sí tiene dos partes, el tubo donde se pone la preparación y la tapa o cierre a rosca. Se carga, se cierra y se le coloca una carga de gas. La carga entra en la preparación. La tapa tiene una palanca y un pico. Cuando se aprieta la palanca, la preparación sale por el pico en forma de “espuma”). Ésta espuma de frutilla nunca la habíamos podido probar ya que en la carta anterior usábamos otra espuma, por lo cual el sifón estuvo siempre ocupado. Lo tuve que dejar para ése día. Hice la preparación y lo cargue pero cuando apretaba para que saliera la preparación ésta se trababa. Le comente a mi jefe, “el gordo”, lo que estaba sucediendo. Agitamos el sifón, lo calentamos con agua caliente por si la preparación estaba muy fría pero nada, se seguía trabando. Sospeche que la preparación estaba muy densa, muy pesada, (había batido un poco la crema y la pulpa de las frutillas tenía bastante consistencia). Una hora antes del despacho, decidí vaciarlo y volverlo a cargar con una nueva preparación hecha con crema líquida y almíbar de frutillas. Hete aquí el problema: deberíamos vaciar al sifón con toda su carga y gas pero no por el pico ya que la preparación se trababa. Mi jefe fue aflojando apenas la rosca para que el gas se fuera escapando de a poco. Pusimos el sifón dentro de un bowl y lo tapamos con un repasador para que fuera largando gas y preparación. Lo tuvimos así una hora. Ya siendo la hora de comienzo del despacho, la cocina a pleno, mi jefe toma el sifón para desenroscarlo. Antes de seguir, debo acotar que mi jefe es extremadamente obsesivo con la limpieza, (no esta mal ya que la cocina esta a la vista y además siempre debería estar lo más limpia posible, pero su obsesión va más allá de ello). Bien, volviendo con el relato, la cocina ya estaba relativamente limpia, baldeada, acomodada y mi jefe se va con el sifón a un tacho de basura por si, al desarmarlo, chorreaba un poco de espuma. El gordi estaba allí, con sifón en mano y trapo desenroscando suave. Yo del otro lado, en mi sector, de repente escucho un “Bummmmmmmmmmmm”. La cocina se paralizó….Miro por mis anteojos y veo pintitas. Me miro la chaqueta y veo manchas rosas. Me asomo…mi jefe todo rosa. Miro paredes, techo, piso….todo salpicado de rosa. Compañeros y compañeras…todos con la fucking espuma rosa. Jejejejejejejejejejejejej….microondas blancos con estampado rosa, platos todos fajinados, estampados de rosa. Nos miramos todos y nos empezamos a reír. Toda la cocina adornada con espuma rosa; nos faltaban las maracas y los "pitos" y arrancaba el carnaval carioca!.
Mi jefe tuvo que dejar su obsesión de lado, reirse con nosotros y ponerse a limpiar.
El sifón fue lavado y vuelto a cargar. Finalmente funcionó.
La carta salió exitosamente.
Todos trabajamos ése día con chaquetas camufladas de rosa.
Nunca olvidaré ése día...lo recordaré como "El día rosa”.

martes, 8 de diciembre de 2009

Los relatos de Pastelina. "El comienzo".


Pastelina tiene un don. Pastelina hace increíbles pasteles, postres y dulces. Vive sumergida en un mundo “Sweet”. Ya a sus 4 años manejaba habilidosamente el palo de amasar y con el batidor de mano agarraba velocidades inimaginables. Por las noches dormía abrazada a una latita vacía de unas galletitas Húngaras que su abuela le había traído de un viaje.
Pastelina, a sus 8 años de edad, descubrió en ella algo que fue mucho más allá de sus habilidosas manos.
Sucedió un 8 de abril de un año cualquiera.
Gisel, su burlona y dañina compañerita de grado, cumplía años. Su fiesta sería una "fiesta de disfraces".
Pastelina poco gustosa de las concentraciones de gente y, obligada por su madre, concurrió al festejo. Su disfraz: un gran y aparatoso merengue blanco. De regalo, llevó un pastel de los que “acostumbraba” hacer.
Los niños jugaban en el jardín de la casa; los mayores charlaban y bebían.
Pastelina se adentro solitaria en el jardín trasero de la casa. Camino un poco y otro poco y rápidamente el jardín se fue convirtiendo en bosque. Altos y frondosos árboles la rodearon. Pastelina miró hacia arriba y, por entre las copas de los árboles, pudo espiar un cielo anaranjado oscuro. Dio un paso y se topo con un árbol. Lo miró y pudo ver en la corteza, muy claramente, el contorno de una galleta, una gran y perfecta galleta. Dio otro paso y se topo con otro árbol; en él pudo ver un gran lemon pie con muuucho merengue. Miró hacia atrás… un tentador cañoncito de dulce de leche la contemplaba. Miró hacia el frente y lo vio a “él”, su “chocolatito”. El muchachín que quitaba sus sueños y que daba inspiración a tantas de sus creaciones dulces la miraba desde aquella corteza. Pastelina se sonrojo y corrió apresurada hacia la casa.

La madre de Gisel, el palo de la astilla de Gisel, entro a la cocina. Nadie estaba allí, solo se escuchaba un bullicio a lo lejos.
Pastelina llegó a la casa. Aún agitada, se acercó y se asomó por la ventana trasera; pudo ver la cocina. Pastelina vio a la madre de Gisel y se quedo allí observando silenciosa. La madre de Gisel prendió un cigarro y, con cuerpo tembloroso, se apoyó en la mesada de la cocina. “Maldito, maldito”, se dijo. Tomó la taza de café frío que había quedado servido desde la mañana y, con mano también temblorosa, bebió un sorbo. Del cajón de la mesada de la cocina, manoteó unas pastillas y se tomó tres. En un impulso de furia, su brazo arrasó con todo lo que había arriba de la mesada: empanaditas, vasitos plásticos, guirnaldas, cigarros, servilletas, whisky, velitas de cumpleaños. Con ojos llenos de ira y algo húmedos vio, un tanto borroso, el pastel de Pastelina . La mujer sintió una insoportable atracción hacia aquel pastel. Se olvido de todo, solo existían ella y el pastel, el pastel y ella. No pudo contenerse y lo tomó. Probó un trozo y otro y otro y otro…no paro hasta acabar con él. Su rostro sonriente, enchastrado de crema y merengue por doquier. Repentinamente la madre de Gisel se desplomó. Pastelina corrió en búsqueda de algún mayor. Supo que su pastel algo había tenido que ver. En los días subsiguientes, a la madre de Gisel, se la vio por el barrio un tanto perdida…extraña. Los médicos le diagnosticaron una “Perdida de la memoria” causada por un episodio traumático emocional. La madre de Gisel nunca volvió a ser la misma…afortunadamente. Un mismo cuerpo pero distinto ser. Su personalidad se volvió a forjar. Cada nuevo día era un nuevo aprender, una nueva oportunidad.
Con el correr de los años, Pastelina, comprobó una y otra vez el poder de sus pasteles en la gente de aspectos altamente negativos ante la vida y el prójimo. Sus pasteles los anestesiaba; los dejaba en un letargo de unos segundos. Al despertar ya no eran los mismos. Mismo cuerpo pero ningún recuerdo. Una nueva oportunidad, un renacer; una nueva vida dentro de sus vidas les había sido regalada. En ellos estaba la decisión de su nuevo caminar.
Por el contrario, Pastelina no podía olvidar. Sus recuerdos se mantenían tan frescos como si hubiesen ocurrido ayer. Su mente recordaba absolutamente todo, absolutamente todo; a veces el no olvido resultaba ser una carga muy pesada para ella.
Pastelina creció y un día, queriendo perfeccionar sus habilidades culinarias, entró a una escuela de gastronomía.
Pastelina se recibió.
Ya han pasado 10 años desde entonces. Pastelina ya ha transitado por un sin fin de cocinas "profesionales". Cansada de ver innumerables injusticias en el mundo de la gastronomía, cansada de ver cuan maltratada está su pasión, Pastelina, un día despertó y, sentada desde su cama, con cabellera más que revuelta, pudo ver su misión en esta vida: Ajusticiar al mundo gastronómico de sus habitantes nefastos. Pastelina ya está entre nosotros y sus irresistibles pasteles justicieros también….

jueves, 3 de diciembre de 2009

¿Profesión anti-amor? o ¿Amor devaluado?.


¿Es la profesión del gastronómico una profesión que no encaja con las relaciones estables?. ¿Nuestros horarios, días de descanso y exigencias no son propicios para el amor?...¡¿Es acaso éso posible?!.
Charlando con un amigo gastronómico surgió el tema del amor y nuestra profesión.
Y "la duda"….Nuestra charla fue un disparador que me hizo pensar al respecto.
Digo: los gastronómicos estaremos locos por amar una profesión tan sacrificada, por resignar demasiado tiempo personal, por no estar en muchas situaciones de la vida…pero de ahí a llegar a pensar que no hay lugar para el amor en la vida de un gastronómico, ¡éso es muy desalentador!.
Trabajar de noche, muchas horas dentro del trabajo, trabajar con gente que está de paso constantemente, trabajar en un clima lleno de placeres…todo nos conduce a relaciones más bien del tipo "pasajeras” o "chatarras", pero nadie está obligado ni mucho menos. Es cierto que nuestro entorno y vida diaria nos condicionan un poco. Muchos gastronómicos terminan con otros gastronómicos: cocineros con cocineras; cocineros/pasteleras; camareros/ cocineras; barman/camareras; camareros/camareros….y así todas las combinaciones que se les ocurran!. Tanto tiempo en un mismo ámbito hace que una cosa ll-e-v-e a la o-t-r-aaa y además la comprensión es mayor. Pero: ¿Tiene que ver el amor con todos éstos factores???. ¿Con una profesión?.¡No!, ¡definitivamente no!.
¿El amor entiende de horarios, acaso?!; ¿el amor entiende de sacrificios?, ¿entiende de ámbitos?. No, no, no, no….¿Porqué una persona no gastronómica o gastronómica no podría amar a un gastronómico?. ¿No somos seres acaso?. Nuestra profesión es una parte nuestra; algo que nos produce pasión, sacrificio, dedicación y creación; acaso estas cualidades... ¿¿¿no pueden despertar amor en alguien???. Yo creo que definitivamente, ¡si!, ¡si!, ¡si!. ¿No será, en todo caso, que la vida se volvió una mierda en las relaciones interpersonales?, ¿no será que el amor como era entendido antes está completamente devaluado?, ¿no será que el mundo está lleno de gente sola que no quiere involucrarse demasiado con nadie?, ¿no será que la gente tiene demasiados problemas y poco tiempo?, ¿no será que la gente es más egoísta que antes?, ¿no será que la gente prefiere fornicar a hacer el amor?, ¿no será que la gente es más insensible o, muy por el contrario, está llena de miedos?, ¿no será que la gente es facilista?. No será?????
Hubo una época de mi vida en que pensé que mi profesión condicionaba mi situación amorosa. Ya no lo creo. Ahora creo que la gente condiciona constantemente sus posibilidades. Creo que cada vez hay menos lugar para el amor. Definitivamente: amor devaluado.
¿Cuándo será que el amor se ponga de moda?. ¿Cuándo será que la infidelidad sea vista como una estupidez?. ¿Cuándo será que la gente deje de tener sexo en la primera salida?. ¿Cuándo será que la gente tenga otro tipo de osadía?. No lo sé... pero si se que, si bien una profesión puede decir mucho acerca de nosotros, el amor poco entiende de razones.

martes, 1 de diciembre de 2009

Compartiendo con ustedes.


Presentamos 8 de los 11 postres!!!; salió todo bien...fue una movidita!!!. Unos 4, 5 elementos por plato. El primero es el "Semifredo de crema con sembrado de frutos", segundo el "Trio de blinis", tercero "Tiramisú ice", cuarto "Molieux blanco", quinto, "camarera Soledad dando la nota: se comía los postres antes de que llegáramos a explicarlos", jajaja... Sepan disculpar la desprolijidad de las fotos pero las saqué en el medio del armado; luego junto con mi jefe explicamos los platos a los camareros. La idea es que los conozcan, se empapen un poco con el tema y vendan más postres. Veremos qué pasa; por lo pronto los camareros se fueron contentos y los postres gustaron mucho!. Prueba superada; el jueves salimos con la carta así que deberemos vaciar la heladera bajo mesada del despacho y cargarla con toooooodo lo nuevo. Un trabajito. En unos 10 días tenemos la "fiesta aniversario" del local, para nosotros implica: 400 invitados, cocktail por la noche...más trabajo, un nuevo desafío. Me encantan los eventos, pienso presentar batalla!. Hasta pronto, P.