jueves, 2 de septiembre de 2010

Pastelina Vengalina/Haciendo el destino.


Nuestra heroína se hallaba desorientada. No olfateaba su nuevo rumbo….ni tampoco sus informantes le acercaban buen material. Pastelina compró reservas en el supermercado chino del barrio, (si aún se lo podía llamar barrio) y, dentro de su lecho, entró en un periodo de meditación y encierro. Pastelina se encontraba cansada de su rutina de misiones; si bien en estos 10 años todas habían sido distintas no dejaban de ser parte de una rutina. Pastelina se levantaba cuando sus ojos se abrían, caminaba por su galpón en sus pijamas poco convencionales, comía cuando su estómago se lo pedía, observaba el exterior por su ventanusca rectangular y volvía a su submundo.
Vengalina llevaba así ya unos cuantos días….no llevaba la cuenta de soles ni lunas. Cierto día un sonido llamó su atención. Lo siguió, lo siguió hasta que llegó al extractor circular que tenía en la parte superior de una de sus paredes. Pastelina acercó su pesada mesa de trabajo y se trepó. No llegaba a ver qué había más allá, desde donde provenía aquel sonido. Buscó una banqueta y la puso sobre la mesa. Se trepó a la mesa, luego a la banqueta y asombrada pudo observar a un felino que asombrado también la observaba. Pastelina no supo que hacer….no esperaba encontrarse con tan inesperada situación. El gatuno estiró una de sus patas delanteras a modo de “agarrame”; así nuestra heroína no pudo dudar y lo tomó. Vengalina bajó con el gato a upa y lo apoyó en el suelo. Gato de mediana edad, grisáceo de pelo suave y algo largo…ojos amarillos, cuerpo regordete, cara de sabiondo. “Miau, miauuuuu”, “miaaau, miaaaaaaau” y el gato la miró a Pastelina. “Gato, gato, no te entiendo…..¿qué querés?????”. Pastelina se calzó las ojotas, se cubrió con un tapado de pana azul y bajó en búsqueda de comida para el animal. Ya en su galpón, le puso leche en un tapper pequeño y comida gatuna tipo “piedritas” en otro. El gato, con cola erguida y remoloneante, se acercó gustoso a sus tachitos. Pastelina se sentó en su cama y lo observó comer y beber.
Pasaron los días. En sus blocs de trabajo, Pastelina dibujaba figuras sin sentido. El gato gris la seguía a donde ella fuese. Un día Pastelina decidió cocinarle al gato comida real, con aroma. Salió de compras y, de paso, compró material suficiente para hacerse una pequeña comilona. El gato, echado sobre la mesada de trabajo, la observó atento y sorprendido. Pastelina puso música clásica y, con delantal de cocina y gorro, descontroló. Pastelina se dejo llevar y compenetradísima con aquel momento culinario dio todo de ella. El gato pudo ser testigo de un espectáculo único. Luego de ensuciar gran cantidad de sartenes, ollas, tappers, utensilios, tablas, bowls y demás, Pastelina le presentó al gato su comida. Un plato con hígado, cebolla, verdeo y puré de papas…mmmmmmmm desprendía un exquisito aroma!. El gato se acercó curioso y espectante. Pastelina se sirvió lo suyo y se sentó en la mesa, junto al gato. Comieron en silencio. "Gato" terminó de comer y se subió a la falda de nuestra heroína. “Mmmm…¿te gusto gato?”, le preguntó Pastelina mientras palmeaba el lomo del animal. “Mmmmmmmiiauuuuuu…miau”. Pastelina lo miró y supo que mañana partirían. Ya era hora de buscar al destino. Esa misma noche Pastelina preparó sus trastos. Entrada la noche desplegó sobre la mesa un amplio mapa. Lo puso a “Gato” sobre el papel y le dijo: “Gato, ¿hacia dónde vamos?”. El gato camino lento hasta que puso su pata derecha sobre un punto. Pastelina miró: “El roedor”; nunca había escuchado sobre dicho pueblo pero mañana mismo partirían con rumbo conocido.
Siendo las 5 a.m. Vengalina se vistió y se calzó su piloto verde opaco. Cargó todo el equipaje en la moto. Tomó un viejo “triángulo” celeste que tenía en el ropero, lo calzó a “Gato” en él y se lo puso por las espaldas; lo anudo por delante. Se calzó las antiparras de aviador y chequeó que estuviera el mapa en su maletín de cuero marrón. “Gato, ¿estas listo?”.“Miaaauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu”. Pastelina encendió la moto y partió a todo lo que da. Continuará…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola como te va.
soy Ariel el pastelero q conosiste en dolido,perdi el celu y no me acuerdo de tu direccion.
llama a este fono y dejame tu celu y te llamo (es por lo del campeonato)44644973_es mi hermana _ un beso!
estoy trabajando en confiteria Roma el la peatonal lavalle en el centro

Petit. dijo...

Hola Ari!, justo hoy te mande mensaje al celu!!!. Ya anoté el num.. Te estoy llamando en cuanto pueda. Besos!, P.

Felipe dijo...

Encontrarán el destino Pastelina y gato???
Que Gato ayude con las ratas!!!
Siempre hay puerto donde anclar!!!!