El cocinero o pastelero que lleva la profesión en las venas se ve motivado básicamente por sensaciones y búsquedas... es así como vamos construyendo nuestro camino. Uno de los principales motivos de nuestro pertenecer a un lugar laboral es el "Equipo". El gastronómico apasionado busca rodearse de otros compañeros apasionados...busca rodearse de colegas que despierten y motiven nuestras propias habilidades. Un equipo mediocre es = a limite y a nulas posibilidades de desarrollar nuestra creatividad y potencialidad. Muchas veces los gastronómicos nos encontramos en el dilema de "trabajo o vocación". Nuestro contacto con el mundo y las responsabilidades nos suelen limitar en nuestras elecciones. Los gastronómicos con hijos son los mas complicados a la hora de elegir...como todo ser humano que tiene que responder a las necesidades de otro ser, el gastronómico padre o madre muchas veces tiene que aguantar situaciones de todo tipo en pos de un sueldo. Muy por el contrario, el gastronómico que se mueve solo en la vida puede salirse de situaciones no gustosas más fácilmente y meterse en lugares y posibilidades nuevas.
Queridos lectores: he decidido cambiar de equipo de trabajo y lo haré esta semana.
Esta decisión es normal en nuestra profesión...es lo que alguna vez ya explique en una nota titulada "Profesión golondrina".
La decisión: Sentía que estaba en un espacio de trabajo en el cual mis capacidades he inquietudes ya no encajaban y se que cuando ésto ocurre es tiempo de emigrar hacia nuevas rutas. La gastronomía es crecimiento constante y es una profesión que más allá de las obligaciones laborales está íntimamente ligada con nuestra esencia y con nuestro ser. Muchas veces depositamos en nuestro trabajo un plus que lejos está de cumplir un horario y una rutina; es nuestra creatividad y pasión que nos desbordan y hacen perder la razón. Además la gastronomía tiene esta cosa de "segundo o más que segundo casi primer hogar diría yo". Nuestro jefe de cocina es nuestro papá, mamá, guía y mentor. Nuestros compañeros son nuestros hermanos/as, amigos/as, pollitos/as. El jefe de cocina arma su equipo, elige con que piezas jugar y con cuales no...El éxito o fracaso de una cocina radica esencialmente en el equipo de cocina que se halla conformado. Cuando un jefe de cocina te dice: "Búscate otra cosa", o "Estoy buscando trabajo", o "El barco se hunde", es señal de que hay que ponerse salvavidas y saltar lo antes posible.
En mi "ex trabajo", (ya así podemos llamarlo), sucedió ésto y así lo hice...me procure encontrar un trabajo con mejores condiciones de contratación y un nuevo equipo. Afortunadamente todavía puedo darme el lujo de elegir. Ya contaré sobre esta nueva experiencia que se avecina!. ¿Que me llevo del restaurante que dejo?: más batalla, más experiencia, el orgullo de sostener uno de los sectores más complicados del lugar y salir invicta, el orgullo de haber hecho rendir al sector lo más posible sacando lo mejor de cada uno de mis compañeros de área, el orgullo de haberme ido bien, de seguir creciendo y saber que mi dignidad esta bien en lo alto. Me llevo muchos buenos amigos gastronómicos y posibles contactos para un futuro; personas para el olvido y otras pocas inolvidables. Muchas risas, cansancio, satisfacciones y aprendizajes.
Ayer hicimos una especie de despedida/reunión de amigas gastronómicas en casa....Ex compañeras que ya han emigrado y actuales...Todas seguiremos nuestros caminos laborales...siempre en contacto....con anécdotas inolvidables y amistades impagables. Me voy feliz de éste lugar...me voy sintiéndome querida y valorada por mis jefes y compañeros...de los dueños mejor ni hablo. Me voy feliz porque he hecho un cambio para bien, con miras de crecimiento...Siento que este año, después de tanto sacrificio, se me abrirán puertas positivas. También se ha abierto la posibilidad de competir el año entrante...ya les contaré. ¡Una nueva etapa comienza!, ¡Hasta la vista!.