
¿Qué determina nuestra profesión?; me lo vengo preguntando hace como un año...
Cuando uno lleva unos cuantos años de X profesión, todo lo bello que imaginábamos y por lo cual elegimos ésa profesión, se esfuma. Nuestra profesión pasa a ser un maldito y tedioso trabajo más con vestigios de lo que soñábamos. Sería algo asó como: "bienvenidos a la realidad". No digo que todo sea horrible, jejje...claro que hay algún que otro momento de expresión, creación....buenos compañeros y compañeros que pasan a la lista de amigos.
De chiquita no recuerdo haber dicho que quería ser de grande.
Mi sobrina postiza, (hija de mi mejor amiga), en cambio, con solo 4 años y medio ya dice que "va a ser pastelera como la tía Paula", pobre criatura!, jajja.....Mi amiga me quiere matar!, jejjejej.
Si recuerdo que me encantaba jugar con masas y tenía una cocina en miniatura y una heladera heredadas, creo, de una abuela de la tía Betty, que me fascinaban.
Cuando mamá se ponía en la cocina, que era siempre, yo iba detrás, pidiendo por un pedazo de mesada, harina, palote y masa!. Me cuenta mamá que lo salado no me gustaba mucho...que me daba un poco de asco, sin embargo, la ayudaba con el repulgue de las empanadas, con las albóndigas, el budín de pan y el puré.
A mis cinco años tuve una experiencia que, ahora que lo pienso, puede ser un tanto "reveladora". Pasábamos nuestros fines de semana en la quinta de la tía "Celina". En aquella oportunidad nos visitaba desde Israel la tía "Quela"; todo un acontecimiento en la familia, desbordaba la emoción y la exaltación. Me acuerdo que era verano. La tía Quela propuso a los más pequeños hacer "Pan dulce". Todos los chicos de la familia aceptamos super excitados!. Mis primos fueron en búsqueda de la olla en donde haríamos la preparación... mi recuerdo me dice que era "gigante"...la olla era más grande que yo...enooormeeeee, gigannnnnnte, enooorme; (debo aclarar que hace unos años la volví a ver y me llegaba a las rodillas, jejeje). En fin, cuando mis primos traen la olla, resultó que adentro había una cucaracha....Gran alboroto de por medio, finalmente todos participamos en el amasado del comunitario pan dulce y luego no recuerdo que paso....los grandes le habrán hecho honores, supongo.
En casa hacía los flanes y gelatinas de paquete...ayudaba con el armado del Knishbroit... miraba a mi papá hacer el Strudel, a mi abuela la ayudaba con el armado de los ravioles y a mi otra abuela la observaba, hipnotizada, preparar todo para el pollo a la parrilla de "los domingos" A las tortas les ponía granas de colores y también armaba la chocotorta y los postres que llevan vainillas.
En tercer grado tuve taller de cocina que dirigía mi mamá, (que es maestra). Nunca olvidaré mis trufas de vainillas, dulce y coco; (aun hoy me acuerdo volviendo en el auto naranja y llevando las preciadas trufas en un tupper ente mis manos); el arrollado de dulce de leche...
De grande me di cuenta que lo que me apasiona es la pastelería y la escritura. Si uno las dos cosas sería algo así como poner lo dulce en palabras...?. Nunca me había percatado, pero ahora que lo pienso, tiene mucho que ver conmigo desde chiquita y solo recién ahora lo puedo ver.
Aquí les dejo una foto mía de chiquita con mamá y otra de mi sobrina jugando a que cocina. Y ustedes, de chiquitos... ¿ya sabían que querían ser cuando fueran grandes????.