viernes, 25 de diciembre de 2009

Trabajar en las fiestas/Cuando estuve por el sur.

En nueve años de trabajo dentro de las cocinas profesionales, afortunadamente, solo dos veces me toco trabajar en las fiestas.
Una fue un fracaso total, jeje…así que hoy no voy a ahondar en ésa historia, (hoy vamos con la historia linda).
La otra fue inolvidable y melancólica también.

La desición.
Un año me saltó la térmica y, con la necesidad de un cambio a mi insostenible rutina, encuentro un aviso en el cual solicitaban “Pastelera” para hacer temporada en un pueblo lejano del sur de nuestro país. La incorporación era inmediata y el trabajo era por seis meses. Averiguo sobre el hotel, el pueblo, me contacto con mi escuela de gastronomía, (el aviso había sido publicado por medio de), y chequeo el tema. Iba a estar rodeada de glaciares, montañas, caminos, lagos…no señal de celular, no asfalto, solo 350 habitantes estables. La presión de la cuidad y su locura me tenían mal y me decidí. En quince días estaba viajando hacia aquel inhóspito lugar. Trabajé en Bs. As. hasta un sábado 25 de noviembre de un año cualquiera y un domingo 26 de noviembre ya estaba en aquel lugar. El lunes comenzaba a trabajar.

La adaptración.
Luego de unas 3 horas en avión y casi cinco en micro llegué finalmente a destino.
Camino al pueblo, lo primero que me llamo la atención, mientras nos seguíamos y seguíamos adentrando con el micro, fue la luz solar que había a las 10 de la noche. Todavía no me había dado cuenta cuan fuerte iba a ser el cambio de la naturaleza en todos sus aspectos…y yo que pensaba que lo más fuerte iba a ser el aislamiento de la tecnología!; demasiada cuidad encima. El gran viento seco fue uno de los factores climáticos que más me sorprendió. Durante el primer mes mis manos estuvieron ajadas por completo, sangraban. El pelo pajiento…pero nada de eso importaba… La experiencia sobrepasaba todo.
El hotel donde iba a trabajar: impactante. Arriba de una mini colina, se lo veía desde cualquier punto del pueblo. Hotel de montaña, techo rojo con caída, (en invierno la nieve tapa todo hasta dejar aislado al pueblo), paredes de piedras, mucha madera, interiores cálidos y rústicos.
Así comencé. El primer mes fue muy duro. Había que adaptarse a una vida casi nueva en todos sus aspectos.
Llegaron las fiestas.
Las fiestas en el sur.
El hotel completo, (sus 84 huéspedes esperaban por su noche navideña y de fin de año…había que deslumbrarlos…todos extranjeros).
Para cada una de las fiestas el jefe de cocina diseño un menú especial.
La mercadería la empezamos a recepcionar unos quince días antes.
Mesa buffet repleta de opciones frías, luego un principal y como broche "lo dulce".
Ahí me meto. Lo dulce no fue un postre, era una "mesa dulce".
Una semana de elaboración previa…15 minutos de armado…media hora para que los comensales arrasarán con todos los manjares ofrecidos. Desde pan dulce, turrones y confites importados de lo que se les ocurra, tablas con frutas de todo tipo, petit gateau de distintas variedades, budines varios, chocolates artesanales variadísimos hechos por nosotros, mini bocados dulces, frutos secos, pasas de uva, higos, semifredos, cuencos con salsas…. Cuando terminamos de presentar la mesa dulce, ya eran las 24 hs. Mi jefe descorchando junto con mis compañeros…Los camareros ya habían preparado las copas de champagne y todos comenzamos a brindar. Era gente casi extraña para mí hasta ese momento. Comimos cosas dulces que habían quedado, del armado, por todas las mesadas. No se escuchaba nada, ni fuegos artificiales, ni sirena, ni autos…paz absoluta. Pensé en mis seres queridos que estaban a 3100 km. Fue un fin de año inolvidable.

6 comentarios:

Felipe dijo...

Que buena nota y que linda foto, hay experiencias que valen mucho,seguro tendrás recuerdos imborrables!A la distancia se valora mas uno mismo y sus afectos!FELIZ NAVIDAD PETIT!!!FELICIDADES Y QUE SE CUMPLAN TODOS TUS DESEOS!!!!

Petit. dijo...

Felicidades fiel lector Felipe!. ¡Que se cumplan todos tus deseos también!. Si...es época de notas tranquilas y lindas...ya habrá tiempo para despotricar, jeje...besossss!!!, P.

Carlitos dijo...

El otro día me hicieron una entrevista para un diario de la provincia de Buenos Aires, y al preguntarme qué cosa importaría de Argentina a Eslovenia, sin dudarlo dije "LA MESA DULCE DE MI PRIMA PAULA".

Para que veas que te soy fiel, mirá.

Beso!

Petit. dijo...

Jejejeje...no te puedo creer!!!!, quiero leer éso....ahora entro a tu espacio a ver si hay algo ahi...o decime dónde!. Que grande que sos!. Vos sabes que ya me la estoy creyendo porque en mi trabajo dicen que soy la más grosa de toda la zona y alrededores...jejeje. A veces lo impactante esta más allá de los sabores y la mano en la presentación, la combinación y el hecho de hacer para cada ocación algo pensado especialmente. Debería pensar en irme para allá y hacer historia de la mano del Cato, jejejejeje....Besotes!!!!!, P.

mabel dijo...

Petit:se extrañan sus pan dulces....No se haga problema ,el año es largo.....
Puede hacer uno para un cumple y ponerle una velita!!!!Se lo festejaremos;eso sí,sin cucaracha!!!!ja ja ja Besos

Petit. dijo...

Este invierno deberíamos hacer pan dulce, no?????....otra que en verano!, no da!!!!....Lo voy a agendar para este año....lo juntamos con el puchero de la tía Betty!!!!!, jejeje.....Prometido!, besos, P.